La Vaca y el Wey
- Julietta Luna
- 19 oct 2009
- 1 Min. de lectura
Al verte sonreír
sonríe mi alma,
al sentir tu mirada
sonrio yo,
al tomar mi mano
se hace tangible tu confianza, tu calidez.
Al mirarte fijamente
logro entender las cosas que no dices,
al abrazarme
contagias de alegría mi piel,
y salgo de esas esquirlas monótonas
a las que el viento me lleva a veces.
Al hablarnos,
se hace tan divertido ser como cada uno es,
y morir al aburrimiento de las máscaras
rompiendo el silencio de la decencia
que se toma de la mano con el tiempo que no existe,
burlandonos de las formas, de los esquemas;
viajando en ese único instante
donde solo existen
¡la vaca y un wey!.
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