Pedacito de Cielo.

Sentada intento recopilar cada gesto, cada palabra.

Estos dedos se sofocan, quieren dormir un poco,

quizás sí, quizás no.

Lo cierto es que no quiero morir, no en incertidumbre

¿para que así?, mejor entonces es no haberte conocido,

para quedar una eternidad sin nada saber,

preferiría mejor la ignorancia total.

No es mentira amor mio,

que algo en mi medio frío mundo se tambalea

cuando de tus labios o dedos

cálidas palabras del alma y del corazón

le dan aliento a las flores de mi desierto,

esas que pensé que nadie más miraría

porque mudas se resignaban sin sonreír,

a que su Edén casi llegaba a las ruinas.

¡Oh! las ruinas, ruines ruinas que la indiferencia del pasar del tiempo da,

pero que los profundos ojos azules de un lejano casbense las animan,

conscientes de que quizás solo sea un pasajero rocío,

pero con inmensas ganas de que sea una lluvia extendida,

de las que parecen de nunca acabar

gotitas, gotas, gototas del pedacito de cielo

que quiero hurtarle a la pampa del sur.